miércoles, 29 de octubre de 2008

Emo: el romanticismo inculto del siglo XXI













Antes a las tribus urbanas se les llamaba "corrientes". Una forma de pensar, una forma de escribir, una forma de vivir. Ahora es una forma de vestir, una forma de fotografiarse, una forma de alojarse en internet. De una forma de ser, a una forma de parecer.
El parecido entre estas dos imágenes es mayor de lo que querríamos. La mayor diferencia que podría verse es la forma de expresarse. En un mundo de la imagen, quien va a hacer un esfuerzo para poder leer y escribir.
En el romanticismo, se desarrolló el sentimiento de lo sublime, el amor por la muerte, la concepción del uno desgarrado. Los románticos siempre estaban desgarrados por algo, pero en realidad el sufrimiento no es su característica más reseñable, sino el aburrimiento. El romanticismo es aburrimiento, aburrimiento de la vida, de la existencia, aburrimiento de lo que te rodea. Y muy aburridos están los emos.
Uno murió de tuberculosis, los otros igual saben lo que es la gonorrea. Es sólo un estilo de vivir, un estilo de morir.
Muriendo de amor siempre. No sabemos muy bien por qué se visten asi los emos, pero no es que los hombres románticos no fueran nenazas, como los emos.

Los emos son los nuevos románticos porque se aburren, pero aman la belleza, y les gusta llamar la atención. Los románticos pretendían destacar con sus escritos, los emos con sus myspaces.

Lo más relevante de esto es que, de corrientes pasan a ser tribus urbanas porque no son literatos, filántropos y pensadores, sino son quienes mejor peluquero tienen, quienes mejor salen en las fotos sacadas desde arriba y más delgados están. El paso de las letras a las imágenes es tan drástico que no queda ya rasgo de lo anterior, y ya no hace falta ser inteligente o culto para escalar en los puestos sociales.

Así, como pueden existir corrientes hoy en día??

lunes, 27 de octubre de 2008

Rosa chicle y demás

Es por todos sabido que las mujeres, como bonitos clichés que somos, debemos estar siempre perfectas por fuera, y siempre fuertes por dentro. En un mundo misógino, en el que las misóginas somos nosotras, todas debemos tener las piernas perfectamente cruzadas mientras nos echamos gloss, y conversamos acerca del arte.
Se requiere de nosotras las perfectas prostitutas de lujo, que sepan de filosofía y lleven trajes de chaqueta.
Se requiere que no seamos "más emocionales" que ellos, y que no tengamos estados de ánimo alterados, que seamos tan competentes y más, tan inteligentes y más, tan guapas y más.

Lo requerimos nosotras, y aunque seamos misóginas, nuestra perpetua culpabilidad de la nada siempre hará que seamos mejores de lo que hubieramos sido.

viernes, 30 de mayo de 2008

La moda es arte "por supuesto"

Aunque ahora mismo es muy difícil definir el arte, a lo mejor si que sirve decir que el arte, al igual que la moda, no conoce barreras. De hecho ha sido una trayectoria similar, porque al principio la moda y el arte estaban atados, encorsetados (nunca mejor dicho) y si en el arte por ejemplo debíamos ser fieles a la mímesis y representar lo que veíamos; el paisaje, un retrato... La moda tenía los mismos problemas (no se podían enseñar las piernas, no se podían poner escotes...)

Ahora ambas están liberadas, y no son pocas las veces que he visto en Vogue vestidos similares a los cuadros de Pollock, o estampados tipo Litchenstein, Mondrian... igual que mujeres vestidas (casi siempre por Galliano) al estilo goyesco. Es un gran ¿Por qué no? Y me encanta. Lo mejor es que después de transgredir las barreras, comienzan las ironías. Quien se vestiría ahora de los ochenta? permanente, colores flúor, hombreras. Aunque se revisitan ciertos toques ochenteros a menudo, nunca ha vuelto del todo.



Y aquí lo interesante. que a veces sí que vuelve. Son muchas ya las veces que veo a personas totalmente vestidas de los ochenta, y he pensado que es algo comparable a lo que sucede en el arte, poniendo el ejemplo de la monocromía.

Los primeros cuadros monocromos los hizo Málevich. Estos tenían un sentido, al igual que los de Klein y compañia. a medida que avanzaba el tiempo cada nueva sesión de cuadros de un solo color tenían un significado. La busqueda de la cuatridimensionalidad, el infinito, desesperanza, desmaterialización del arte... lo que fuera. Pero eso era la época moderna. en el modernismo se buscaba la experimentación, la novedad, pero ahora estamos en una época posmoderna (o estábamos...¿alguna sugerencia?) ya agotaron tanto la monocromía neoyorquina que ahora sólo nos queda la ironía. Hacer monocromos ahora no con intención de descubrir algo nuevo, sino revisitarlo sin inocencia. Si uno cuando ve un cuadro monocromo, y lo valora como antes, viéndolo como algo transgresor, juzgándolo seriamente, por lo visto queda un poco mal, cuando los artistas lo que les gusta es reírse de nosotros, meternos en un juego en el que debemos conocer las reglas. Todo el arte pop era un chiste, y un chiste sublime. Tanto usar iconos, un arte de la trivialidad... ¿¿admirar esa caja brillo que usas para lavar la ropa?? me parece algo maravilloso y me emociona.

En la moda es lo mismo. Sin embargo la moda está encadenada por lo cotidiano, al igual que el arte está encadenado por su estatus de "cosa muy especial". Uno no percibe la ironía de "disfrazarse", de vestirse de una época que no es la tuya, los ochenta es la que más se usa ahora para estas "comedias de similitud" que dicen los del mundo del arte. La mayoría de la gente te llamaría hortera, pero no se fijan, ni piensan, en tus intenciones al vestirte así. Porque para muchos, la moda no es algo relevante y es algo frívolo. Pero yo pienso que si la moda es algo frívolo, el arte también. Sólo se trata de un placer estético, o en todo caso de que te atraiga (para bien o para mal)