lunes, 22 de diciembre de 2008

Esa lánguida figura




Esa lánguida figura vestida de negro, decadente, anula mi existencia.
No se mueve, silencioso, no nos dice nada.
Pero cuando me detengo a pensar en su existencia, manos me atenazan.
Me quedo atrapada en la negrura, porque él es para mi, oscuridad. Me produce dolor pensar en su mera existencia, y placer. Es sublime mi sentimiento
Nunca viene, siempre está, y a veces se me aparece, se me revela, y es arrollador. Su ser es sublime

El caminante es motor inmóvil
El caminante, mi caminante, a veces es humo entre mis dedos. No se deja apresar, y eso sólo hace que lo desee más. Parece astuto, pero es ignorante y no me ve, lo cual sólo lo hace, una vez más, sublime