Mi pequeño y descarriado X, eres una de las pocas personas a las que no entiendo. A veces pienso que tu cerebro funciona en una onda diferente a la nuestra.
Tu sistema hipotético-deductivo está atrofiado. No sabes lo que es bueno y malo, no sabes expresarte, ni decidir. No sabes concentrarte. Quieres a gente, pero te alejas de ella (simplemente porque es el solitario más maravillosamente extrovertido que he visto jamás.)
Su paso es inexorable, y nadie le podrá ni vencer ni convencer, aunque él no sepa qué es lo que quiere conseguir.
Será la sangre, serán las entrañas, serán las vísceras, porque sino dime tú cómo puedo querer algo que no comprendo en lo más mínimo.
Eres mío
Siempre tuya, I.
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