De la discapacidad a los superpoderes. Ese es el mantra.
Si fuéramos niños, si pudiéramos soñar, ¿qué tipo de cuerpo nos diseñaríamos?. Si nos faltara una extremidad, si naciéramos con una discapacidad, ¿por qué maquillar nuestros defectos, pudiendo modificarlos, convirtiéndolos en nuestro mayor potencial?
Hoy podemos soñar. Hoy la medicina protésica se ha convertido en una estética prostética. ¿Estamos seguros de que queremos, si nos falta una pierna, una imitación que sea simplemente cosmética, que debamos esconder y disimular, fundiéndose en mímesis con nuestro cuerpo, e imitando las consabidas debilidades del cuerpo humano? Eso es la falacia naturalista. No tenemos por qué maquillar, si podemos hacer de nuestra carencia, belleza y mejora. Tenemos la opción de construirnos a nosotros mismos, físicamente hablando.
La estética siempre ha sido soñar. Ir más allá. Fuerza nuestras limitaciones, del mismo modo en que razón kantiana siempre va más allá del mero entendimiento.
Podemos convertir nuestra discapacidad no sólo en capacidad. Sino en moda, o lo que es para mí, arte. Alexander Mcqueen diseñó unas piernas de madera de fresno. Salieron en el desfile, y la modelo "discapacitada" se encaminó en la pasarela. Mcqueen convirtió así aquello que hay que esconder en una invitación a mirar. Nadie se dio cuenta. Parecían botas de madera, un objeto de deseo para las fetichistas de la moda, y no algo de lo que avergonzarse.
El ideal de belleza humano no es el único. No podemos tener miles de concepciones acerca de lo sublime y lo feo, y sólo una de lo bello. Una concepción totalmente antropomórfica. No es lo mejor ser el más humano de los humanos, ¿por qué tendría que serlo? Eso convierte la belleza en algo banal, en algo limitado, y en el motivo por el que el arte dejó de buscarla hace tiempo.
Entonces, no hay por qué quedarse en el entendimiento. Si no podemos llegar hasta la razón pura, al menos podemos llegar a ser superhéroes. Es la meta del futuro. Es nuestro objetivo. Es nuestra realidad.
martes, 16 de agosto de 2011
lunes, 8 de agosto de 2011
Despues de
Después de renunciar a. lo que queda es menos que cero. Lo que esperas es un a vida o muerte, y tienes el pacífico sosiego de un domingo desilusionado. De calor de invernadero, como decía Sabina.
Y es que no quiero los raíles.
Quiero que en el hilo del futuro, mis lágrimas sean abundantes porque mis sentimientos hayan sido intensos.
No quiero ser normal, no quiero tranquilidad.
Si es necesario, quiero desangrarme más
Hacer de la tristeza mi bandera
Y de la lucha una necesidad
Pero, como decía Sabina también, lo que quiero es que mueras por mí.
Y es que no quiero los raíles.
Quiero que en el hilo del futuro, mis lágrimas sean abundantes porque mis sentimientos hayan sido intensos.
No quiero ser normal, no quiero tranquilidad.
Si es necesario, quiero desangrarme más
Hacer de la tristeza mi bandera
Y de la lucha una necesidad
Pero, como decía Sabina también, lo que quiero es que mueras por mí.
viernes, 5 de agosto de 2011
Destinada
Desde que nací, resulta que estaba destinada a ser una persona que ya existía.
Es una pequeña repetición generacional que se da en mi familia
Resulta que soy una versión joven y rebelde de lo que Schiller llamaría un alma bella
Pero aunque es mi destino, y se que se cumplirá, no me puedo sentir más lejos.
Me gusta y me repele.
Nunca me sabre peinar como es debido, y no creo que alguna vez se dejen de resbalar los tirantes del sujetador
Prefiero ser la pequeña zorra, y esperar que alguna de la siguiente generación tome la palabra.
Es que creo que no voy a saber hacer las croquetas generacionales
Es una pequeña repetición generacional que se da en mi familia
Resulta que soy una versión joven y rebelde de lo que Schiller llamaría un alma bella
Pero aunque es mi destino, y se que se cumplirá, no me puedo sentir más lejos.
Me gusta y me repele.
Nunca me sabre peinar como es debido, y no creo que alguna vez se dejen de resbalar los tirantes del sujetador
Prefiero ser la pequeña zorra, y esperar que alguna de la siguiente generación tome la palabra.
Es que creo que no voy a saber hacer las croquetas generacionales
No me ayudes
No me ayudes, dice mi niña de rizos dorados
Sabe que no puede hacerlo sola, pero no quiere que le ayude
Yo tampoco pido nunca ayuda
Por si acaso
Sabe que no puede hacerlo sola, pero no quiere que le ayude
Yo tampoco pido nunca ayuda
Por si acaso
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