lunes, 2 de mayo de 2011

Dueños de nada

Nada como guillotinar unas cuantas cabezas para tener al pueblo tranquilo.



Las personas somos los poseedores de nada. Hemos desmaterializado de tal modo nuestras posesiones que, como individuos, no tenemos nada. Y lo tenemos todo. Pero se nos escapa entre las manos.
Siempre hay alguien que te arregle el coche, porque tu no sabes. Y que te cuente lo que pasa, porque tú no estás. Y que empiece a moverse, porque tú estás paralizado. Pero tú no tienes nada. No sabes arreglar un coche, ni entender ni moverte si no te mueven.


Somos los orgullosos poseedores de un patrimonio que, lleno de símbolos y banderas, no significa absolutamente nada, porque al final, estamos solos. Y ese poder que hemos depositado en los demás no sabemos a donde va, no recordamos haberlo tenido alguna vez, y, al ser ciegos y mancos, vagamos por el mundo creyéndonos satisfechos de nosotros mismos, haciendo alarde de todo aquello que hemos acumulado, que, en el fondo, es nada.