Sentada en el suelo de piedra, en la ventana.
Me quedo muy en silencio, y con la luz apagada (no existo)
Miro mi planta, que no se si llamar mía porque ya estaba aquí cuando llegué
No me debo llevar muy bien con ella, porque sólo la miro cuando estoy triste
No se que tiene mi ventana, pero desde ella puedo ver el mar, puedo ver la lluvia y el frío, y a mi gata
Puedo ver esperanza, y soledad. Debería llevármela a donde quiera que vaya
Me curé sola, como siempre. O igual fue la ventana
Solo con sentarme en la oscuridad, mi vida es mas mía, y menos de la gente a la que quiero.
Será que la ventana es lo único que me pertenece
Por primera vez, se me ocurre que este suelo de piedra es suficientemente grande para dos
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