Volver a escuchar canciones que te agarran el corazón con una mano de hielo. Mirar al cielo con nostalgia de algo que nunca ocurrió. Volver a verte reflejada en los cristales de los trenes. Ciudades de nuevo, donde pasaron mil cosas, pero fue como si no hubiera pasado nada, y otras en donde pasaron cosas, pero lo que más importa es lo que nunca pasó.
Una biblioteca, una casa o una calle.
[Y el miedo, que menospreciaste, porque siempre te acompañabas de tu dolor. De un sustrato metafísico menos pesado, de una letanía de canciones menor, de una importancia insignificante, al final, también camina contigo. Tendrás que buscar la forma de hacerle un digno compañero.]
Pero al final, son siempre las estaciones y una habitación donde sólo estoy yo los lugares que me tambalean, que me hacen verme y verte. Porque nunca te he visto, pero es como si ya hubiera pasado
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